A mi modo de ver y desde mi experiencia personal, la infertilidad, pasar por reproducción asistida, se bifurca en dos caminos que siempre confluyen y son paralelos: lo médico y lo emocional.
Por un lado, las clínicas, los y las médicas, las pruebas, la medicación, los controles, los tratamientos… todo ello haciendo su magia💫 para nosotr@s.
En lo médico entramos puntualmente: aquí y allá tomando decisiones y acompañando esa magia cuidándonos lo mejor que podemos y sabemos.
Por otro lado, está lo emocional. ¡Ay lo emocional…! ¡Cuánto podríamos escribir sobre esto! ¿Verdad?.
Desde la incredulidad inicial, a la tristeza y la frustración cuando el proceso se pone cuesta arriba, pasando por la maestría en el arte de cultivar la paciencia, ¡las esperas!, para poner la guinda del pastel con los comentarios desafortunados de quiénes, no sabiendo qué decir o cómo ayudar, suelen empeorar las cosas: el famoso cuando te relajes te quedarás (que conste que no los juzgo, trato de describir cómo suelen hacernos sentir).
Llegar a la maternidad y la paternidad puede llegar a ser un trance de esos en los que la vida nos pone y nos presiona contra las cuerdas; en algunos casos, llegamos a enfrentarnos a las renuncias: genéticas e incluso de poder conseguirlo en general.
Muchas de nosotras hablamos de una montaña rusa emocional, y para mí, eso se queda cortísimo. Hay personas para quienes este momento es uno de los grandes retos de su vida y la intensidad y dureza de ese recorrido es como para darle un lugar de mucha relevancia.
QUERER TENER HIJ@S Y NO PODER, ESE IMPULSO FRUSTRADO UNA Y OTRA VEZ, ES MUY JODIDO, DURO.
A veces incluso, hacemos cosas que no nos benefician para no sentir ese dolor (hablé de ello en el vídeo que te regalo en la Home).
Hoy traigo dos palabras para ti que me lees. Por lo que a lo médico se refiere, la palabra es CONFIAR. Confiar en que hemos elegido a los mejores profesionales (y si no es así, hacer algo al respecto) y que ellos y ellas harán lo mejor. Tratar de soltar esa parte.
En cuanto a lo emocional, la palabra es CUIDARTE. Cuidarte implica trillones de cosas y cada una distinta para cada persona. Para algunas es, por ejemplo, no contarlo en su entorno si creen que no se sentirán apoyadas; para otras, justo lo contrario, es acompañarse para sentir ese comfort en el recorrido. Cuidar la alimentación, hacer terapia, tomarse pausas, darle enfoques más holísticos, …
Te recomiendo que le dediques tiempo a hallar qué te hace bien y seas muy disciplinada en dártelo.
En Gestalt diríamos, contacto y retirada. Estar cuando hay que estar y también retirarse y cuidarse cuando haya que reponer fuerzas emocionales para seguir.
Te mando un gran abrazo compañer@
Thanks for your blog, nice to read. Do not stop.